Procedente del sánscrito varanda, que puede traducirse como “barrera”, el término baranda hace referencia a una cerca u otro elemento similar que actúa como borde de algo y sirve como contención.

Las barandas -también llamadas barandillas– brindan protección en estructuras como escaleras, balcones, terrazas y puentes. Estos objetos, que suelen fabricarse con bronce, hierro o madera, se instalan en el perímetro de las estructuras, a una altura constante. De esta manera las personas pueden apoyarse en ellas o sostenerse.

Podemos encontrar barandas para escaleras que permiten que la gente se apoye en ellas al subir y bajar. En estos casos la noción de baranda es equivalente a la idea de pasamanos.

Otras barandas son aquellas que aseguran una superficie en altura, minimizando el riesgo de accidentes. Con una baranda bien instalada y de las dimensiones apropiadas, resulta casi imposible que un individuo adulto se caiga de un balcón o de una terraza de manera accidental. Estas barandas actúan como barreras, de modo similar a una pequeña pared.